lunes, 29 de marzo de 2010
Where?
I have always said that I am not looking for anything, I just live and enjoy casualities. But... I've realised that it isn't true. I look for something, all the time. I just want to spend my time with someone who doesn't care about the bad circunstances, i mean, rain, wind, not having money... or whatever that looks like a problem, but which is just a challenge, for me. I am looking for a face, which could smile when i can't, lust for life, and crazy about enjoying every minute without giving importance to these little things which can get down everyone. If i find it, I promisse I will never let it go away.
domingo, 28 de marzo de 2010
Cuento infantil, parte II.
Tardó Chancla un rato en darse cuenta de su habilidad oculta, que salió a la luz de un modo tan poco favorable... está claro que el viento fuerte no agrada a nadie. Cuando supo manejar bien su capacidad de hablar, la utilizó sin parar. Hablaba sola, con los demás árboles mudos, con los animales, con las hojas, hasta con las nubes. Sin esperar respuesta alguna. Llegó un punto en el que el proceso se le descontroló, se le fue de las manos, y de tanto hablar en vano, se quedó afónica.
Zapato lloraba. Lloraba porque llevaba dos días sin escuchar su voz. Él siempre le hablaba, pero Chancla, seguía con los oídos tapados por el viento hostil, y de todas formas, estaba muy ocupada manejando su nueva habilidad.
Era evidente, la cuestión no era buscar responsables, sino cerciorarse de qué ya llegaría el momento, y este, definitivamente, no lo era.
(To be continued...)
Zapato lloraba. Lloraba porque llevaba dos días sin escuchar su voz. Él siempre le hablaba, pero Chancla, seguía con los oídos tapados por el viento hostil, y de todas formas, estaba muy ocupada manejando su nueva habilidad.
Era evidente, la cuestión no era buscar responsables, sino cerciorarse de qué ya llegaría el momento, y este, definitivamente, no lo era.
(To be continued...)
martes, 23 de marzo de 2010
Cueto infantil, parte1. (Lenguayliteratura)
Había una vez un árbol llamado Zapato. No era un árbol como otro cualquiera, ya que tenía la increíble capacidad de hablar... de hablar y de escuchar. Se sentía solo ya que era el único del bosque que podía hacerlo, entonces se pasaba horas y horas dialogando consigo mismo.
Un día inesperado, se percató de algo, otro árbol llamado Chancla, le oía siempre desde el otro lado del río. Pero Chancla no podía hablar, sólo escuchaba. Entonces le hizo saber a Zapato su existencia a través del viento, llamado Viento. Con música, con colores, con lo que queráis y os parezca más original, consiguió que Zapato supiera que había alguién ahí escuchando todo lo que decía, y que por tanto conocería sus más profundos pensamientos. No estaba solo. Chancla se sentía impotente, por no poder hablar con Zapato. No podían dialogar, discutir, mostrar opiniones, jugar... Ni siquiera podían verse. Era una relación inexistente, puramente imaginaria. Es más, si no llega a ser por viento, nunca hubiera existido dicha conexión.
-"Viento la has cagado", se dijo Zapato. "Se" dijo... bueno... Chancla lo escuchó. Chancla lo oye todo. Pero entonces ¿quién es el responsable? ¿Viento?
-"A mi me lo ha dicho el viento.", Chancla ha hablado. Entonces esperemos sólo a que salga el Sol. Chancla espera. Pero tanto viento le ha atrofiado los oídos. Chancla espera pero no escucha. Espera que salga Sol y eclipse el hastiado huracán. Sí, eso es, quiere que venga Sol y la calme.
Un momento... ¿Por qué chancla puede hablar ahora?
(To be continued...)
Un día inesperado, se percató de algo, otro árbol llamado Chancla, le oía siempre desde el otro lado del río. Pero Chancla no podía hablar, sólo escuchaba. Entonces le hizo saber a Zapato su existencia a través del viento, llamado Viento. Con música, con colores, con lo que queráis y os parezca más original, consiguió que Zapato supiera que había alguién ahí escuchando todo lo que decía, y que por tanto conocería sus más profundos pensamientos. No estaba solo. Chancla se sentía impotente, por no poder hablar con Zapato. No podían dialogar, discutir, mostrar opiniones, jugar... Ni siquiera podían verse. Era una relación inexistente, puramente imaginaria. Es más, si no llega a ser por viento, nunca hubiera existido dicha conexión.
-"Viento la has cagado", se dijo Zapato. "Se" dijo... bueno... Chancla lo escuchó. Chancla lo oye todo. Pero entonces ¿quién es el responsable? ¿Viento?
-"A mi me lo ha dicho el viento.", Chancla ha hablado. Entonces esperemos sólo a que salga el Sol. Chancla espera. Pero tanto viento le ha atrofiado los oídos. Chancla espera pero no escucha. Espera que salga Sol y eclipse el hastiado huracán. Sí, eso es, quiere que venga Sol y la calme.
Un momento... ¿Por qué chancla puede hablar ahora?
(To be continued...)
domingo, 7 de marzo de 2010
Sigo siendo yo.
Sigo exactamente igual.
Me sigue gustando el olor del té cuando abro la cajita, de hecho sigo bebiendo mis tres al día. Sigo odiando el líquido de los yogures, y el huevo cocido. Sigo sin aguantar el sonido del bolígrafo en pleno silencio, y el de una respiración muy fuerte, y el tick-tock del reloj. Me sigue encantando ver el mar, las mañanas de Sol y calor, y el olor del cloro de la piscina. Sigo poniendome nerviosa con cada examen, con cada actuación. Sigo con grandes ambiciones, y con sueños por cumplir. Siguen gustandome las mandarinas, y las manzanas con chocolate derretido, y el jagermeifter. No es de extrañar, que me siga gustando la fiesta, la noche, emborracharme y volver por la mañana. Conocer gente, viajar, y pedir cinco minutos más dando vueltas en el edredón azul, y abrazando la almohada. Sigo analizando minuciosamente las cosas antes de dormirme, y llorando de vez en cuando, por todo lo que me rio durante el día. Sigo estudiando mucho, y bebiendo zumo de naranja por las mañanas, comiendo un paquetito de mini-gubblins a medio día, y un kinder bueno para descansar de las horas de biblioteca. Sigo riendome de lo absurdo. Siguen sin gustarme los animales, ni los bebés. Sigo enamorada de Barcelona y de Alcazar do Sal. Sigo pasando canciones en el Ipod y llegando tarde a clase.
Sigo exactamente igual...
pero la ilusión y la motivación se han ido. He perdido ese brillo característico que componía cada una de esas pequeñas cosas...
La importancia de las circunstancias...
Qué poquito valemos solos, ¿no?
Me sigue gustando el olor del té cuando abro la cajita, de hecho sigo bebiendo mis tres al día. Sigo odiando el líquido de los yogures, y el huevo cocido. Sigo sin aguantar el sonido del bolígrafo en pleno silencio, y el de una respiración muy fuerte, y el tick-tock del reloj. Me sigue encantando ver el mar, las mañanas de Sol y calor, y el olor del cloro de la piscina. Sigo poniendome nerviosa con cada examen, con cada actuación. Sigo con grandes ambiciones, y con sueños por cumplir. Siguen gustandome las mandarinas, y las manzanas con chocolate derretido, y el jagermeifter. No es de extrañar, que me siga gustando la fiesta, la noche, emborracharme y volver por la mañana. Conocer gente, viajar, y pedir cinco minutos más dando vueltas en el edredón azul, y abrazando la almohada. Sigo analizando minuciosamente las cosas antes de dormirme, y llorando de vez en cuando, por todo lo que me rio durante el día. Sigo estudiando mucho, y bebiendo zumo de naranja por las mañanas, comiendo un paquetito de mini-gubblins a medio día, y un kinder bueno para descansar de las horas de biblioteca. Sigo riendome de lo absurdo. Siguen sin gustarme los animales, ni los bebés. Sigo enamorada de Barcelona y de Alcazar do Sal. Sigo pasando canciones en el Ipod y llegando tarde a clase.
Sigo exactamente igual...
pero la ilusión y la motivación se han ido. He perdido ese brillo característico que componía cada una de esas pequeñas cosas...
La importancia de las circunstancias...
Qué poquito valemos solos, ¿no?
lunes, 1 de marzo de 2010
"Re-inadhesible"
Dícese de aquello que una vez despegado resulta imposible volver a fijar. Viene condicionado por diversos factores, y es totalmente irreversible. No se puede hacer NADA al respecto.
Bien podrás simular su fijación con pegamentos artificales, pero en cuestión de minutos todo el esfuerzo invertido pasará a ser esfuerzo malgastado.
Bien, también, podrás sujetarlo tú mismo. Pasarte horas y horas sosteniéndolo. Te cansarás. Tu músculo se contraerá y todo volverá al punto desde el que comenzaste. Nuevamente, esfuerzo malgastado.
Sin embargo, luego... luego también puedes optar por la aceptación ciega del despegado. Si se despegó... ¿será por algo, no?... quizás lo fuimos despegando poco a poco sin darnos ni cuenta... o quizás es que ya no tenía que estar ahí... o quizás fue poco cuidado, o quizás fue cuidado de más... de todas formas, de nada sirve buscar explicaciones, ni responsables, ni causas aparentes. El hecho es el hecho: no se puede pegar de nuevo. Aunque te joda, porque te jode...
Te joderá al principio. Notarás la situación desordenada, el camino torcido, todo fuera de su lugar. Llegarás a desear una y otra vez, que vuelva a adherirse, a pesar de todos los inconvenientes que sabes que eso conlleva. Lo querrás ver pegadito, como siempre; como ANTES. Pero... como todo, se te acabará olvidando.
Las circunstancias se acomodarán, irás perdiendo el interés y tu memoria se encargará del resto. Es más, llegarás a preguntarte si realmente alguna vez eso estuvo ahí pegado.
Deja, pues, que lo "re-inadhesible" sea "re-inadhesible". El tiempo se encarga finalmente, de financiarte la "acomodación" de las cosas luchando exclusivamente por tu propio bienestar.
Paciencia honey, no siempre llueve mierda.
Bien podrás simular su fijación con pegamentos artificales, pero en cuestión de minutos todo el esfuerzo invertido pasará a ser esfuerzo malgastado.
Bien, también, podrás sujetarlo tú mismo. Pasarte horas y horas sosteniéndolo. Te cansarás. Tu músculo se contraerá y todo volverá al punto desde el que comenzaste. Nuevamente, esfuerzo malgastado.
Sin embargo, luego... luego también puedes optar por la aceptación ciega del despegado. Si se despegó... ¿será por algo, no?... quizás lo fuimos despegando poco a poco sin darnos ni cuenta... o quizás es que ya no tenía que estar ahí... o quizás fue poco cuidado, o quizás fue cuidado de más... de todas formas, de nada sirve buscar explicaciones, ni responsables, ni causas aparentes. El hecho es el hecho: no se puede pegar de nuevo. Aunque te joda, porque te jode...
Te joderá al principio. Notarás la situación desordenada, el camino torcido, todo fuera de su lugar. Llegarás a desear una y otra vez, que vuelva a adherirse, a pesar de todos los inconvenientes que sabes que eso conlleva. Lo querrás ver pegadito, como siempre; como ANTES. Pero... como todo, se te acabará olvidando.
Las circunstancias se acomodarán, irás perdiendo el interés y tu memoria se encargará del resto. Es más, llegarás a preguntarte si realmente alguna vez eso estuvo ahí pegado.
Deja, pues, que lo "re-inadhesible" sea "re-inadhesible". El tiempo se encarga finalmente, de financiarte la "acomodación" de las cosas luchando exclusivamente por tu propio bienestar.
Paciencia honey, no siempre llueve mierda.
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