viernes, 30 de diciembre de 2011

Feliz engaño.


Se acaba el 2011. La gente te desea que seas feliz, pero sólo durante los últimos 10 días del mes. Se supone que los 355 días restantes no hace falta desearle felicidad a nadie... es ahora cuando se tiene que desear la de todo el año. O así se ha establecido.
La gente deambula por la ciudad comprando y gastando y, importante, deseando felicidad sin ton ni son. El 31 la calle se atiborra de gente borracha, olvidando lo malo del año y brindando por un año mejor.
En estas fechas, es como si circulara por el aire un halo de melancolía. Como si de repente tuvieramos que ser más autoconcientes y reflexivos, incluso introspectivos, simplemente porque se acaba un año y empieza otro... Todo esto me resulta extraño, al fin y al cabo el día 31 es igual que el 1, y que el 2, y que el 3. Nada cambia porque empiece un nuevo año, todo sigue exactamente igual. Y la felicidad? Nadie se levanta el 1 radiante con toda la felicidad acumulada que le han deseado durante los últimos días. Claro que no. Es un día cualquiera, un Domingo esta vez, que la mayoría de la gente vivirá quizás con un poco más de dolor de cabeza.

Imaginaos cuan atados estamos por la sociedad que sucumbimos ante la esclavitud que nos impone, ciñéndonos a las reglas establecidas, sonriendo cuando se pide, pregonando felicidad cuando toca, para el resto del año seguir siendo robots cohibidos por una sociedad que nos moldea y nos adapta.
Yo quiero que me deseen felicidad los 355 días restantes. Que cada día sea año nuevo y que la gente me sonría por la calle.

Ha sido problamente el mejor año de mi vida hasta ahora, y quieren decirme que se va a acabar? Anda ya! No se acaba, sólo sigue. Y que siga así por mucho.


Feliz engaño, y "próspero fructifero y enriquezedor" año nuevo.
(Yo no pido deseos hoy, me gusta más pedirlos en Junio, bajo el Sol.)