lunes, 22 de agosto de 2011

Fugaz

Entonces vi esa película. Entonces escuché esa canción. Entonces vi esa foto.
Me atacó de nuevo ese brote de intensidad. Lo manifiesto escribiendo estas líneas. Pero otras veces lo he hecho perdiéndome en una conversación, o disfrutando del silencio. Es como una ola de amor que te cambia la forma de mirar las cosas. Te convierte en arte el mundo. Y te remueve el estómago. Y vibras. Es como hallarse justo al borde de un abismo. Es una sensación muy difícil de describir, y poco valorada emocionalmente. Muchos la tratan como un medio, de forma pragmática. Para mí es un momento lleno de luz.
¿Sabéis de qué hablo, verdad?

Porque cuando ocurre, solo me apetece aprovecharla. Me siento capaz. Llena. Y me gustaría poder mantenerla para siempre. Pero, como todo, si así fuera perdería su valor. Nunca vendría con la misma intensidad.

Inspiración.
Es de eso de lo que estoy hablando.
Y de todas esas cosas que me hacen sentirla.

martes, 9 de agosto de 2011

Far away from the earth.(Mapas, esta vez)

¿En qué estará pensando un niño de cinco años? Y de siete? Y de doce?
¿Y un anciano de 78 años?
¿Y la persona qué tengo al lado en el autobús?

Seguro que alguna vez os habréis preguntado (o no) en qué está pensando el otro, ya sea por curiosidad, por puro desconocimiento, o por intentar comprender como se ven las cosas desde otro punto de vista. ¿Se imaginan? introducirse en la cabeza de otra persona y leer absolutamente todo lo que piensa, cada segundo. Con qué momentos se queda en mente, cuales deshecha. Qué recuerdos son los que arden con más fuerza, cuales se van apagando, cuales se rescatan por sorpresa del olvido. Qué es lo que decide observar, y qué es lo que ha obviado totalmente. Me imagino qué quizás su mente ha recogido detalles que yo me he perdido por completo. Quizás posea recuerdos tan vivos que nublen el momento y olvide la fotografía minuciosa que resulta de un minuto viviendo el presente. Quizás, teniendo ese poder, se comprenda, se reflexione, y no quede solamente en el curioseo banal de rebuscar entre secretos o verdades silenciosas.
No es curiosidad, es algo mucho más potente. De hecho, ni por asomo, nos gustaría realmente saber qué piensa el otro de nosotros mismos; eso es una verdad que se crea, continuamente transforma, y engaña con su complejidad. Sin embargo... ¿y lo bonito que sería poder contemplar en los minutos de silencio el punto de vista de cada persona que te rodea...? si están aquí o allí, si miran el paisaje o solo lo ven, si se sienten incómodos, si no saben qué decir, si les gustaría romper el momento o si se quedarían en él toda la vida. O saber en qué instante varias personas han confluido en un recuerdo común y se han encontrado, aunque jamás lo sepan. O poder conocer cuanta gente se ha acordado de ti, y las mil y una diferentes razones que les han llevado a hacerlo.

Sería un mapa infinito de puntos y líneas que entrecruzarían personas, recuerdos y momentos. Dinámico. Cambiante. Imposible.