A medida que pasa el tiempo nuestro cerebro madura cada vez más, aprendemos de cada paso y admitimos tarde lo equivocados que estábamos en su momento. La adolescencia es la etapa donde todas las ideas, maneras de afrontar la vida, razones, concepciones... absolutamente todo se mezcla, se lía, por eso tenemos esos altibajos, de ahí que digan que somos como una montaña rusa, es simplemente por el hecho de que no tenemos nada claro a pesar de que creamos que sí y que cuando cae un ladrillo creemos que se ha derrumbado una casa y cuando cae una casa tan solo pensamos que es un ladrillo. Vemos la realidad como a una enemiga cuando va mal y como a una amiga cuando todo va bien. Nos creamos un mundo paralelo de sueños imposibles, de ambiciones, de miedos... allí todo es perfecto, y normalmente está muy lejos de ser como la realidad, pero es eso lo que caracteriza ese mundo, que se aleja de lo que tenemos y en la adolescencia querer lo que no se tiene es una de las reglas dominantes.
Entonces maduramos. Tu subconsciente escoge un camino que seguir a partir de toda esa ensalada de ideas y confusiones. Ningún camino escogido es malo o bueno, es tan sólo uno más, no puedes saber si es correcto hasta que la experiencia hable. Porque no hay mejor modo que conocer la realidad que a partir de la experiencia. ¿Y qué pasa si escoges vivir tan sólo en ese mundo paralelo fruto de tu imaginación? Entonces decidirás vivir lejos del mundo real, probablemente te perderás una vida como se entiende hoy en día, pero vivirás otra diferente e inusual. ¿Es posible hacer esto? No lo creo. Lá imaginación es el arma más poderosa del ser humano, es lo que nos diferencia de los demás seres vivos, sin imaginación no habría rezonamiento porque un ser racional puede razonar ya que posee una serie de signos lingüísticos que le permiten colocar las ideas correctamente en la cabeza, si esos signos fueran inexistentes actuaríamos por los impulsos, como los animales, por tanto la imaginación se coloca en cabeza en el ranking de importancia, pero a pesar de eso la realidad es inevitable porque a partir de la realidad utilizamos la imaginación, aunque en eso que imagines haya otra realidad diferente.
En fin, y sin darle muchas más vueltas, retomo la frase de la conocida película "Trainspotting" que dice: "Yo escogí, no escoger la vida" (no son palabras de un difunto sino de un drogadicto), y es que sólo se pueden pronunciar estas palabras cuando se carece del miedo a perder más de lo que se gana.
1 comentario:
me gustan tus textos..no,me encantan
todo bien?
un beso
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