martes, 27 de enero de 2009

Dentífrico sabor hueso

"Una mañana soleada un padre y su hijo se dirigían a la feria. El hijo iba montado en el burro y el padre iba caminando a un lado controlando que el hijo siguiese bien su camino. A los cinco minutos de trayecto pasan un grupo de gente, todos alarmados porque el padre que era más mayor fuese caminando y el hijo, más jóven y ágil, fuese montado en burro. El hijo le dijo al padre que la gente tenía razón que tenía mucho morro él por ir en burro y dejar al padre ir caminando, así que se cambiaron los puestos, y ahora el padre iba en el burro y el hijo andando. A los cinco minutos otro grupo de gente se quedó sorprendida por tan mal padre de dejar al hijo caminando y él ir en el burro como un señor. El hijo dijo que tenían razón, que era injusto que él tuviese que caminar, así que decidieron montarse los dos al burro, otro nuevo grupo de gente se compadeció del burro y acribillaba a los que lo montaban por hacer tan mal acto pudiendo perfectamente ir caminando, así que finalmente dándose cuenta ambos de hacerle tan mal al burro decidieron ir ambos caminado, pero al poco otro grupo de gente los acusó de imbeciles por ir caminando con un burro en la mano que lo único que hacía era ensuciar las calles, en lugar de ir montados en él..."
La sociedad a lo largo de la historia ha ido creando ciertos estereotipos de determinados tipos de gente con unas características similares, todo ello desencadena las tribus urbanas, las modas, los estilos musicales y un largo etc de cosas que caracterizan a la sociedad (sociedad acomodada más bien occidental ya que muchos países subdesarrollados están lejos de pensar en modas con el estómago vacío). Los adolescentes son los protagonistas de este culebrón de modas y estilos, cuando tienen una edad van afianzando su forma de ser y de aparentar ser, ajustándose a esos grupos sociales que la historia ha ido formando.
Aparentemente la teoría es sencilla de entender, el problema es el hecho de que exista una teoría, un mismo hecho que se repite años tras año y no exista, en cambio, hechos individuales y continuamente cambiantes. La respuesta se basa en que tú eres valorado por los demás por lo que aparentes ser, perteneciendo a un grupo u otro, o no perteneciendo a ninguno. En ese caso quedarás catalogado como alguien que carece de personalidad, o bien la gente se dedicará a encasillarte donde le plazca adjudicándote a un estilo determinado. Para entenderlo serías algo así como un dentífrico, que lejos de ser caracterizado como un sólido, es caracterizado como un líquido teniendo casi las mismas características en común que los sólidos.
Las críticas constructivas que se van afianzando no comentan rasgos de cada persona individualmente ya que la mayoría de las veces ni siquiera conocemos a la persona que estamos juzgando. Entonces recurrimos a la teoría rigurosa marcada en la historia, que obligamos a todos a seguir y sino las consecuencias se basarán en críticas y más críticas y adjetivos que ni mucho menos califican a lo que eres en realidad. ¿La solución es entonces cerrarte a un grupo siguiendo esa teoría rigurosa anteriormente expuesta? pues.. tampoco te librarías de que la gente habalase de ti, ya que "el novato" en un estilo siempre es acribillado, el que cambia de estilo aún más, y el que lo hace por moda.. ir encendiendo la hoguera.
Ahí quería llegar, toda esa teoría rigurosa a la que nos tenemos que regir sino queremos que nos tengan por algo que no somos no es más que estúpidos puntos y puntos que las modas han ido escribiendo en la historia. Hasta el amor como lo entendemos hoy en día es una moda... El amor cortés procedente de Francia fue el que definió el amor desenfrenado e irrevocable que actualmente mantenemos y el hecho de unir matriminio, sexo y amor no fue más que regirse por las leyes éticas que se fueron adaptando...
La reflexión a todo esto es sencillamente que parece que no somos autosuficientes para decidir individualente que queremos ser a partir de nuestros gustos e inclinaciones y ser eso aceptado por todos. Los estilos no se basan en concceptos , como la política que eres de un lado o de otro, sino que son términos individuales: lo más hardcore, lo más punk, lo más retro, lo más moderno puede ser bonito, todo depende de lo que te produzca, que claramente se verá influenciado por la sociedad. El grado depende de como tengas acomodada tu mente: si te dejas influenciar mucho eres un modas, si lo haces lo menos posible eres un freak, si vas de dentífrico sin ceñirte a ninguna teoría rigurosa eres lo que la gente quiere que seas, si en cambio te ciñes a algún estilo determinado eres, hasta que no llegan nuevos dummies, un novato en el asunto que no conoce el tema y que no sabe lo que es, y esto es exactamente la historia del burro.
Esto somos los humanos: una grandísima, soberbia y arrogante mierda que cataloga, encasilla, y se ciñe a teorías inventadas a partir de copias en las que aparece claramente lo que tienes que ser.

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