Yo creo que te equivocas.
Llevar la contraria, intentar se distinto al resto de los mortales para evitar verte reflejado en algo que simplemente no te gusta una mierda. Con tus principios en la cabeza juegas de un modo u otro, cambiando su sentido para cada ocasión. Es un sentimiento de disconformidad constante, lo que merece la pena hoy, mañana carece de sentido. Pero la gente te pilla, te pilla y te caza. Muy pocos lo hacen, es evidente que presentar este tipo de cara acompañado con la actitud presenta muchas ventajas y logros, pero los hay que te conocen mejor que tú. Los hay que se plantean este tipo de cosas. Los hay que incluso las planean a medida. Y entonces te fijas, que eres uno más. Uno entre millones de personas. Sólo eso, por mucho que te cueste creerlo.
y optas por simplificar. Qué fácil. Qué agradable.
Pero para eso tienes que haber llegado a la cumbre del embrollo, haberte cuestionado hasta el vuelo de una mosca. Luego simplificas. Luego restas importancia. Luego comprendes a que me refiero. Es la evidente distinción entre una "vida fácil" y una "vida simple".
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