Los momentos brillan, son nítidos y claros.
Los cojo, bailo con ellos, los miro y los vivo, uno a uno.
Me llenan de vida, contagiándome alegría inquieta, con miedo de ser efímera, con miedo de resbalar entre las yemas de mis dedos y esfumarse.
Comodidad variable, felicidad cobarde.
Duermo y sueño, y al despertar me abruma una oleada de oscuridad, el sueño se ha acabado y estoy echada en mi cama con todo en mi mano... pero el sueño... el sueño se ha acabado. Es ese miedo, el miedo estúpido e injusto, de que de un momento a otro, se derrumben uno a uno los ladrillos que tanto me ha costado construir. Supongo que ese miedo, es necesario, y de un modo u otro, alimenta esta alegría llena de luz, llena de mar, de sal, de sonrisas largas y dosis profundas de carcajadas variables.
1 comentario:
verdad verdadera!
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